viernes, 29 de octubre de 2010

¿De qué vas?

¿Cuál es tu misión en la vida?

Un chamán mexicano me hizo esta pregunta hace dos meses. Soy incrédulo e inconformista, así que respondí sinceramente: "No tengo la menor idea".

Todos los que conmigo estaban tenían clara su misión. La definían con una claridad diáfana, en algunos casos contundente. Amar, aprender, curar. Yo dudaba. ¿Tanta claridad es fruto del convencimiento individual o del sentimiento de colectividad?

Mi autosuficiencia cerril, que me ha ayudado a sobrevivir en tantas ocasiones, fue mi enemiga ese día.

No entendí la verdadera pregunta del chamán: "¿Sabes cómo eres? ¿Cuánto te conoces?". Antes de despedirnos ese día, nos dijo: "El conocimiento de tí mismo te convierte en dios. Cuanto más agrades a tu yo más profundo, más agradarás al padre". En fin, me quedé loco.

Dos meses de meditación, "plus" ausencia de porros de mi dieta diaria, me han ayudado a concluir que mi misión es aprender, compartir y crear. Por eso soy pintor, por eso escribo, por eso amo tanto el presente. Me interesa aprender del hoy, ese único día en el que puedo cambiar el mundo y a mi mismo.

Y tú, ¿De qué vas?

(Ilustración: "Y tú, ¿de qué vas, my friend?". Bolígrafo Bic, acuarela y saliva sobre papel).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es complicado saber cuál es nuestra misión en la vida. Casi siempre acabamos sobreviviendo, dejándonos llevar por la corriente de la cotidianidad. Me gustaría tener el valor de dejar mi vida actual y dedicarme a lo que me gusta, pero hoy en día no lo tengo. Tu caso es diferente; eres la persona más arriesgada y valiente que conozco. Así que a por ello, atrapa tu sueño. Cuando lo consigas no me va a sorprender. Todos los que te conocemos sabemos que eres capaz de ello. Sigue manteniendo viva la ilusión de ser pintor. Estoy seguro de que lo vas a conseguir.

Un abrazo
El otro

Anónimo dijo...

Mi misión, mi objetivo, mi sueño.
Mi misión es mi hijo. Suena a ñoñería maternal, pero no lo es. Ese pequeño proyecto de ser humano me hace ver a menudo cómo nos hacemos, cómo llegamos a ser como somos. Mi misión es cuidarle en lo material pero también hacer de él la persona generosa, optimista y crítica que su padre y yo pensamos que hace falta en este mundo.
Mi segunda misión es cuidar de la persona a la que quiero tener siempre al lado. Puede que las mías sean misiones pequeñas comparadas con la búsqueda de la paz mundial pero me parecen tan válidas como las de cualquiera y, sobre todo, son muy sinceras.
Mi objetivo es vivir tranquila. Diagnóstico de casi 39 años: fracaso total.
Mi sueño es sentarme un día al teclado para escribir algo más que microrelatos (mi especialidad en el metro) y noticias que la mayoría de las veces me importan poco o nada.
Queridos ambos: habéis mezclado misión, objetivo y sueño. No digo que no estén relacionados pero no me parecen lo mismo.

Besos mil.
Belén