martes, 26 de abril de 2011
Sin prisas no hay paraiso
Prisas. Desde que nacemos hasta que nos convertimos en la abuela de la Fabada Litoral hay prisas.
Y para empezar un plato fuerte: leo en un libro escrito por pediatras que un bebé a los 9 meses (la edad de mi hijo) "debe tener" fuera al menos cuatro dientes "si no más". Es también conveniente que sobre los 6 meses (este capítulo no lo leí en su día por razones de trabajo) empiece a hacer amagos de gateo, si no la cosa no va bien. Ayer me intoxiqué con la lectura y acabe haciendo un reconocimiento de urgencia a mi hijo, mientras él me sonreía juguetón primero y se quejaba molesto después.
Tras el agobio paterno, y al comprobar él que se me ponía cara de "Este no es un país para viejos", levantó el culito amagando un gateo y me miró fijamente, diciéndome sin palabras: no tengo prisa papi, si el objetivo es convertirme en un ser estresado como tú.
Tras la lección de mi hijo, le cogí en brazos, le dí un beso y lancé el bestseller al revistero. Y pensé: "señores del jurado, me retiro de su concurso. Ahí se quedan con sus putas prisas para lograr niños de éxito que terminan con cara de Bardem en Este no es país para viejos".
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1 comentario:
Un 10
Bienvenido al mundo de los padres y madres competitivos. Resiste, que es dificilísimo no dejarse llevar.
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