Me escapo unos días al sur. Lo necesito, posiblemente todos lo necesitamos.
Es momento de reencuentro con las sensaciones, las emociones y los sentimientos perdidos.
En Semana Santa, las ciudades se quedan siempre vacías. Las primeras vacaciones desde el Carnaval. Y para mí, la primera oportunidad del año para reconciliarme conmigo mismo y, como diría Mafalda, purificarme de las basuritas propias y ajenas.
Ultimamente trabajo demasiado.
Vuelvo al sur.
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