Esto no es Marte, pero se parece

Creo que no soy el único extraterrestre que ha caído en el Cabo de Gata.

Caminando por el desierto me he encontrado con una chica que ha construído un círculo plateado en medio de la nada. Me he acercado para preguntarle qué significaba. "Es land-art", me explica. "Una forma de expresión artística fugaz". En realidad, estoy convencido que está haciendo señales para preparar el aterrizaje de alguna excursión de alienígenas hippies desde más allá de Orión.

Durante el día, ando mucho por los pueblos con el fin principal de encontarme con gente. Para entenderme en el Cabo necesito mejorar mi español. El primer día fui a cenar a un bar de Fernán Pérez y no me enteré de nada. Un hombre entró en el local, se sentó a mi lado y mantuvo con el dueño la siguiente conversación:

- Un chopito y una lig.
- Lig no tengo, sólo jero.

No ví lo que hicieron después, porque el visitante se fue a la otra esquina. Así que, pasado un rato, le hice una señal al dueño, y le dije:

- Un chopito de jero.
- De eso no hay, sólo maracatón.

Tampoco entendí nada, pero asentí. Me trajo un vaso minúsculo con un líquido amarillo. Me lo bebí de un trago. Igual que fuego líquido que desata la lengua. Al final los dos cerramos el bar, la botella vacía, y yo sin saber lo que era la lig, el jero ni el maracatón. Si quiero dar la vuelta al mundo, tengo que mejorar mi nivel de idiomas terrestres.