
Dice uno de mis profesores de cómic que no hay que obsesionarse con tener un estilo propio. Es mejor copiar a 1.000 buenos autores y el estilo propio saldrá solo después.
El problema llega cuando hay que buscar 1.000 buenos autores. Mil que vayan un poco más allá. Porque al final la media prefiere la estupidez a la inteligencia. La inteligencia es limitada, pero la estupidez es infinita.
En este pensamiento andaba mientras dibujaba esta ilustración. Se titula "Especies en extinción". La protagonista es, aparentemente, una beluga (mezcla de ballena y delfín) metida en un huevo porque está en vías de extinción. Los coprotagonistas son los humanos que la observan desde un parque temático supuestamente externo a esa especie en peligro de extinción que, sin que ellos lo perciban, tiene también forma de huevo, para protegerles del espacio exterior. Ellos son otra especie en extinción.
Bueno, probablemente a esta altura del post ya me habré quedado solo.